
licadamente los dedos por debajo como cuando se blande una tostada antes de untarle la manteca con vivaz ajetreo.
¿Qué diremos de ajetreo? Que se requieren las dos manos una por arriba y otra por abajo, ¿cono quien sostiene a un bebé de pocos días, a fin de evitar las vehementes sacudidas a que ambos son proclives. ¿Y proclive, ya que estamos? Se la agarra por arriba como a un rabanito, pero con todos los dedos porque es pesadísima. ¿Y pesadísima?
De abajo, como quien empuja una matraca. ¿Y matraca? Por. arriba, como una balanza de,feria. Yo creo que ahora usted puede seguir adelante, doctor Lastra.